Como esas voces
ya nada canta
ni la luz del féretro
en sus mares de lamentos
y despedidas.
Que fueron dos, tres
cientos y solo uno
los que miran al cielo
con los parpados abajo
y su silencio derramado.
Como esas voces
ya nada canta
ya nada canta
ni el abismo en sus cuencas
y manos calcinadas.
Las estelas nacen
al mirar su recuerdo inocente.
Esperanzas e ilusiones
el poder, las razones.
Y miro el desfile,
ese mar de en vida muertos
Te escucho hablar de nuevo
y la marcha sigue
el discurso sigue
el engaño no termina
y tu voz perece.
(De como muere la voz del mundo - Alejandro Gonssáless)
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