A cada momento recuerdo lo que no quiero. Detesto aquella fría mirada que no me deja respirar, quisiera que mis ojos no sintieran ese dolor al ver la gélida y penetrante mirada ausente en las palabras de todos. Cráteres profundos en las agitadas aguas de mi mente, ¿por que tengo que sentirte si no estas presente? Solo quiero saber ¿por que te necesito sin siquiera conocerte? Solo quiero saber.
Dame tu mano y sentémonos a la orilla de la luna viendo como las estrellas desfilan danzantes y hermosas como siempre las tocamos, viendo en la piel de cada una suaves pétalos de roza que adornan pacíficamente sus preciosos cuerpos etéreos e inexistentes como tus caricias y tus besos, los mismos que ahora añoro desesperadamente al igual que el viajero perdido clama por agua de vida...yo lloro por tus palabras e íntimos roces.
Quiero alcanzar mis ojos y arrancarlos de la montaña, dejar de buscar esas reliquias de leyendas poco creíbles, imaginar que ya nada existe y seguir mi camino en el horizonte. Pero solo quiero abrazarte y dulce como mil granos de azúcar en la sinfonía de nuestras lágrimas bajo la lluvia besarte en tus recuerdos y borrar todo mal del pasado, hacer que el amor sea ciego nuevamente, solo sentir al otro, besarte con mis manos vacías y llenarlas de euforia. Ya no existes, nunca estuviste, solo te pensé.
Quiero ver como duermes a mi lado, amarte como nunca nadie lo hizo eternamente acariciarte aunque sea en un segundo, amarte indignamente y no ser correspondido como ultima elección, pero al menos saber que existes y no estoy solo en este mundo de largas lenguas de fuego sin control, que giran y giran dando volteretas en mi ya destrozado suelo.
Es el tiempo el que suena en mi ventana, moviendo ramas y limpiando el polvo del piso, revelando lo oculto por la misma tierra que me cegaba en mi propio hogar, me hace ver tu cara pero nuevamente quedo ciego por la luz que irradia tu imagen en mi patio, algún ángel te trajo a mis puertas y estoy ciego nuevamente y no te puedo ver. Tu estás perdida y yo conozco tu hogar, déjame llevarte a el, pero preséntate como la que encandila mis razones y que lograba mis lágrimas lloren por el desconsuelo eterno de no saber quien eras ni donde estabas. Solo en ese momento lograré ser feliz.
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